Federico García Lorca y Salvador Dalí compartieron una amistad profunda e intensa de la cual quedan numerosos registros los cuales sirven de sustrato para esta pieza performática que da vida a aspectos de un vínculo que está más allá de ser solo una historia homorromántica, se trata más bien de una expresión de trascendencia y lucha. Y lo hace de una manera única.
La Compañía LA MONARCA presentó su función de clausura 2021 de MI AMIGO LORCA en el Teatro Independencia.
Con una puesta que inicia al dar sala, les intérpretes nos preparan para el desarrollo de una construcción escénica en donde no hay personajes, no hay espacio ni tiempo, más que los cuerpos habitados por sus propias identidades.
Es una creación bastante difícil de clasificar, sin embargo, a los efectos de intentar significarla como resultado de un proceso, podríamos considerar que es una obra. Una obra donde las palabras y la pintura representan extensiones del alma, de dos almas, la de Salvador y la de Federico.
En la dramaturgia y la dirección, Agustín Diaz, acompañado por el elenco, propone una representación abstracta sostenida entre fragmentos de letras de los célebres homenajeados (sus cartas, las poesías) y datos contrastables de la biografía de cada uno, con su pertinente contextualización. Todo esto con un trabajo corporal y con elementos que denota sensibilidad y creatividad.
En el desarrollo de los sucesos hay una tensión que va en aumento hasta convertirse en un ritual de iniciación, iniciación a la consciencia histórica de la lucha por reivindicar el amor en su más diverso espectro, el amor a la libertad y el derecho a ser. La obra interpela a través del grito de las estadísticas y atraviesa el corazón revelándonos los filos crueles del amor.
Ficha técnica
Dirección y puesta en escena: Agustín Díaz
Coordinación y producción: Compañía La Monarca
Asistencia técnica y de Dirección: Nilo Macías
Intérpretes: Gabriel Velazquez, Florencia Manino, Mauro Winckler, Giuliana Mattiazzo, Cara Furlán de Paz
Vestuario: Merlina Crescini
