Influenciada por la riqueza cultural y musical de la Depresión Momposina, Oricoral Tambora se proyecta como un colectivo artístico que reivindica y rinde homenaje a la tradición.
En 2019 un grupo de jóvenes estudiantes de diferentes profesiones y provenientes de diferentes territorios de Colombia, atravesados por una misma inquietud, se reunieron para concebir un proyecto musical que tomara como punto de partida la inmensa tradición cultural de los territorios que conforman una de las cuencas hidrográficas más grandes del país: la Depresión Momposina.
«Es la tradición la que realmente nos rescata a nosotros, porque nos estamos reconociendo: quiénes somos, cómo llegamos a los territorios. Es un tema de memoria, resignificación, resiliencia», explica Wendy Guzmán, integrante de Oricoral Tambora.
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El proyecto sería bautizado como Oricoral Tambora, coincidentemente, la fecha de su fundación sería el emblemático 20 de julio. Desde allí, el colectivo cultural, a través de la música tradicional y de la danza, ha logrado recorrer un camino en que está dejando una huella sólida en, lo que se espera, sea una extensa historia.
«Representamos la hibridación entre las expresiones culturales de la tambora que se dan en la Depresión Momposina y su interpretación desde el interior del país, haciendo evidente la conexión que existe entre ambos territorios a través del río, el poder de estas músicas como medio de resistencia y su expresión de la realidad». Afirma Oricoral Tambora.
La identidad del proyecto musical está influenciada por las sonoridades que han construido su propio relato –histórico y tradicional– en el territorio de la Depresión Momposina, tomando como insumo principal la experiencia de cada uno de sus integrantes, para desarrollar de esta manera, un concepto conformado por la herencia y alimentado por la juventud de los músicos que dan vida al proyecto.
