Luego de los dos cortes de difusión que tuvo el disco: «Pone un disco» y «Julieta», con el álbum completo la banda consolida su sonido caracterizado por guitarras al frente y melodías potentes y pegadizas, haciendo un disco de corta duración, explosivo y frenético pero también bastante melancólico, manteniendo las referencias de bandas como Pulp, The Strokes o Tobogán Andaluz.
Las canciones hablan de escenas cotidianas de la vida joven en la ciudad, los bares, los barrios, los amores, los trenes y los subtes, de todo lo mágico e intenso que es vivir en ella. Se podría decir que es una oda de amor hacia la ciudad.
El nombre del disco es un juego de palabras de eso, entre los «bares» y una ciudad tan frenética y cosmopolita como Barcelona.