Esta adquisición no solo enriquece la colección del museo, sino que también resalta la relevancia histórica y cultural de la ciudad a lo largo de los años.
La Asociación Amigos del Museo MARC, en línea con su misión de preservar y promover el patrimonio local, ha realizado esta donación significativa. La litografía del siglo XIX representa un hito en la historia visual de Rosario y permite a los visitantes apreciar la evolución arquitectónica y urbana de la ciudad en un contexto histórico.
La incorporación de esta obra gráfica no solo simboliza la rica historia de Rosario, sino que también sirve de inspiración para las futuras generaciones. Con iniciativas como esta, el museo MARC continúa fomentando el interés por el arte y la historia local, asegurando que los vínculos con el pasado sean siempre valorados y expuestos al público. Los visitantes están invitados a explorar esta nueva adición y reflexionar sobre las historias que guarda.
Nacido en Alemania, Schreiber que emigró de joven a la Argentina, donde comenzó a trabajar en empresas litográficas de Rosario. Schreiber trabajó en el establecimiento de Eduardo Fleuti, que realizó años antes la más conocida vista de la ciudad.
En 1875 pone a la venta su vista de Rosario, un documento iconográfico de la ciudad de entonces, impresa en varios colores, con una panorámica de la ciudad de lo alto desde el río, donde destaca las principales arterias del momento: la calle 25 de Diciembre, Buenos Ayres, Aduana, Bajada, Comercio y Tucumán.

Además, la obra de Schreiber permite contar la historia del arte gráfico en Rosario relacionada con la historia política y comercial de la ciudad. El nombre de Schreiber estuvo vinculado a una situación policial que tuvo repercusión en los periódicos de la época y de la que el litógrafo alemán terminó reconocido. Esta pequeña historia consistió en que su patrón, E. Fleuti, lo acusó de sustraer billetes del Banco Provincial de Santa Fe de diez pesos fuertes y diez pesos bolivianos recién impresos, y falsificar las firmas del banco.
Fleuti denunció a Schreiber, quien había renunciado un tiempo atrás con el propósito de establecer su propio establecimiento, pero en pocas horas se conoció que otro empleado de la litografía era el responsable. La injusta incriminación hecha por quien había sido su anterior patrón debió ser reconocida por éste, a través de una solicitada en todos los medios de prensa.
Tal como lo afirma el director de la institución, esta donación realizada por la Asociación de Amigos del Marc, que se ajusta a la política de colecciones de la institución, «ratifica que la mayor colección sobre Rosario del siglo XIX se encuentra en el Museo Histórico Provincial».
Hace 75 años, un grupo de rosarinas y rosarinos acompañados por Julio Marc, director del Museo Histórico Provincial de Rosario, se reunieron en la sede del Jockey Club con la opinión unánime de que el museo histórico provincial, de «incalculable valor histórico», reclamaba una declaración «enérgica y eficaz» para que pudiera seguir cumpliendo «los deseos de aumentar constantemente y conservar el acervo patrimonial».
Asociación de Amigos del Museo Marc
Este grupo de personalidades de la ilustrada burguesía local, conformado, entre otros, por los coleccionistas Firma Mayor de Estévez y Domingo E. Minetti; por profesionales como Pablo Borras; por damas vinculadas a obras filantrópicas como Elena Fidanza. Ángela Castagnino o Susana Colombres, y por comerciantes y empresarios destacados como Ángel García -de la tienda La Favorita-. Federico Alabern. Ernesto Fábrega y Marcelo Martin, crearon el 26 de noviembre de 1950 la Asociación Amigos del Museo Histórico.
En homenaje a Rosario, su misión era acrecentar el patrimonio y las acciones de difusión cultural del museo, invitando a todos los «que alienten sentimientos puros de argentinidad» y que encuentren en las colecciones del Museo «los fundamentos de la riqueza cultural y elementos orientadores que hablan de generaciones pasadas» de las que se sientan «herederos y sobre las cuales se vienen formando el devenir de una Patria grande y respetada”.
Durante su primera década de actuación fue la única asociación de amigos de museos y un destacado modelo a seguir por las que siguieron.
A lo largo de la historia se convirtieron en los custodios no sólo de la colección sino también del edificio. Fueron además promotores de muchas exposiciones, como la primera muestra de historia económica en Argentina, realizada en 1953 en la Bolsa de Comercio rosarina.